La motivación al cambio en las adicciones

cambioLas personas que sufren una adicción, sea ésta del tipo que sea, van a experimentar cómo su motivación al cambio pasa por diferentes etapas.

El modelo de Prochaska y DiClemente trata de describir cómo se da este proceso de motivación para el cambio. Un aspecto fundamental del modelo es que entiende la motivación como un recurso dinámico, que va cambiando, de manera que cuanto mayor es la conciencia de problema en la persona, mayor es la motivación para el cambio.

Conocer la fase en la que se encuentra cada persona permite comprender mejor las herramientas terapéuticas que pueden ayudarle a avanzar por las distintas etapas que conforman el proceso de recuperación de la adicción.

Las fases o etapas, que estos autores proponen en su modelo transicional del cambio, son las siguientes:

1.- Precontemplación: En esta primera etapa la persona no es consciente de tener un problema adictivo. Por este motivo, en esta fase la persona no está motivada a buscar ayuda pues ni siquiera acepta tener una adicción. Suele ser una fase en la cual las consecuencias positivas derivadas de la conducta adictiva son muy superiores a las negativas, por lo que la persona no ve un motivo para cambiar.

2.- Contemplación: En esta etapa, la persona es consciente de las consecuencias negativas derivadas de la adicción y la evidencia del daño que la conducta adictiva le produce, va a hacer que desarrolle progresivamente una mayor conciencia de problema. La persona en contemplación, comienza a invertir energía psicológica en pensar acerca del cambio (ideas y posibilidades a su alcance), pero esto no se traduce en acciones concretas.

3.- Preparación: En esta fase, la persona se anima a buscar ayuda porque sabe que debe hacer algo para resolver el problema. La persona puede pedir cita con el médico de cabecera, puede acudir a la consulta de un psicólogo, pedir consejo a personas que considera que pueden ayudarle y planificar su recuperación. Aún así, llegados a este punto de motivación, la persona no es del todo consciente de la energía que va a necesitar invertir en el cambio, y probablemente escogerá aquellas opciones que menos esfuerzo le requieran.

4.- Acción: En esta etapa, ya se ha traspasado el umbral de tolerancia a los efectos negativos, por lo que la persona está preparada para realizar los cambios que sean necesarios para abandonar la adicción. En esta fase, la persona es plenamente consciente de que no quiere seguir viviendo en su actual situación y está dispuesta a invertir una gran energía en los cambios.

5.- Mantenimiento: Una vez realizados los cambios oportunos, es importante que éstos se mantengan a lo largo del tiempo, para que puedan establecerse adecuadamente y hacerse permanentes.

6.- Recaídas: Una vez instaurados los nuevos hábitos de comportamiento, es muy frecuente, que en la persona baje el nivel de alerta y las precauciones tomadas en la fase anterior, infravalorando el riesgo de recaída que toda adicción conlleva. Si la persona, conoce los pensamientos y conductas implicadas en el proceso de recaída, conoce sus puntos débiles respecto a la adicción y se responsabiliza de mantener su recuperación en marcha, no habrá recaídas. En el caso de que se dé una recaída, entenderlo como parte del propio ciclo de aprendizaje hacia la superación de la adicción, puede permitir a la persona hacerse más fuerte en el proceso de recuperación.

7.- Terminación: Una vez que los cambios perduran en el tiempo, los estímulos disparadores y conductas de búsqueda, así como los deseos de uso o consumo, dejan de poseer la fuerza que tenían y disminuyen en intensidad, duración y frecuencia hasta finalmente desaparecer. Aún así la tendencia a la recaída se mantiene, por lo que la recuperación es un proceso que dura toda la vida.

La motivación al cambio en las adicciones
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