El autodiálogo es el diálogo interno que las personas mantienen consigo mismas, los pensamientos expresados en forma de lenguaje o discurso mental encubierto, que guían la forma de actuar de la persona.
Este lenguaje interno es muy importante a la hora de afrontar los retos de aprendizaje que surgen en el día a día, pues va a tener un impacto directo tanto en la autoestima, las emociones experimentadas y las decisiones que se toman.
Muchas veces el autodiálogo está basado en creencias erróneas que se arrastran del pasado y despiertan sentimientos negativos, otras veces está directamente relacionado con las expectativas y percepción de autoeficacia respecto a los retos a los que la persona se va a enfrentar a lo largo del día.
Si el lenguaje en el que uno se dirige a sí mismo es positivo, las emociones que despertará serán agradables y la persona se sentirá más capaz de afrontar los retos y aprender de las dificultades que surjan.
Las personas que mantienen consigo mismas autodiálogos positivos consiguen con mayor facilidad sus metas, obtienen mejores resultados académicos, alcanzan puestos laborales de mayor responsabilidad y reconocimiento, incrementan su rendimiento deportivo, establecen relaciones más profundas y duraderas con las personas de su entorno, y disfrutan de una mejor salud física y psicológica.
Tener un autodiálogo positivo es el ingrediente esencial para alcanzar el éxito en las diferentes áreas de tu vida. ¿Te animas a intentarlo?
Cada mañana, elige una frase positiva que sea significativa para el día que vas a afrontar.
“Yo puedo.”
“Hoy va a ser un gran día lleno de retos que me harán aprender y crecer.”
“Soy estupendo.”
“Soy único y eso me hace especial.”
“Voy a enfocarme en el lado positivo de las cosas que me sucedan hoy.”
“Voy a afrontar las situaciones que lleguen desde la calma.”
“Me doy permiso para tomar las decisiones por mí mismo/a.”
“Voy a comenzar este nuevo día con ilusión.”
“Me siento repleto de energía.”
“Voy a centrarme en cuidar de mí mismo hoy. “
“Cada error es una maravillosa oportunidad de aprender. Voy a seguir en el camino de alcanzar mis objetivos. Si me tropiezo me levanto y sigo caminando.”
“Voy a enfocarme en soluciones. Resolver esta dificultad me hará ser más competente.”
A lo largo del día, cuando aparezcan pensamientos negativos respecto a ti mismo, respecto a lo que puedes o no puedes hacer, trata de identificarlos y cuestiónalos ¿Tengo alguna evidencia real para pensar de esa manera? ¿Me estoy fijando sólo en el lado negativo de las cosas? ¿Estoy pensando en términos absolutos? ¿Estoy juzgando mi forma de ser en lugar de mi forma de actuar en un momento determinado? ¿Puedo aprender de la experiencia? ¿Puedo enfocarme en pensar posibles soluciones a la dificultad que me ha surgido?
Al finalizar el día, antes de acostarte repasa mentalmente tres cosas positivas que te hayan ocurrido a lo largo del día.
Al principio, puede resultar complicado detectar y combatir los autodiálogos negativos pero si persistes, cada día verás que te supone menos esfuerzo y llegará un momento en el que el piloto automático de tus pensamientos tendrá un enfoque positivo.